Reigniting Hope

In a conversation with Madison Burke, Migrant Services Coordinator at CWS, Paula* shares her gratitude for the sustainers of the Immigrant Solidarity Fund (ISF) for the support that they’ve offered she and her family during a moment of crisis. Paula arrived in the community in 2005, when her family brought her as an adolescent from Michoacán, Mexico. Her parents remain in the community, and Paula has spent her whole adult life here in the Triangle. She got married and formed her own family, but she has not been able to adjust her immigration status. She has a young daughter who was born prematurely with a medical condition that requires extensive caretaking. Paula says: 

“Before my daughter was born, my husband I worked. After she was born, I couldn’t work anymore. She requires a lot of care…. My husband is the only one who works now. Life is so expensive, money doesn’t stretch, salaries are the same, but the cost of everything rises. I heard about the assistance from you, my pastor told me about it, because she is aware of our situation. We applied because the place where we live is being sold, and we realized that in any moment, they could kick us out.” 

While Paula and her family await more information about when the house they rent will be sold, they are seeking a cheaper place to move to when the moment arrives. Paying both a deposit and rent will be expensive, but with the support they received from the ISF, they have peace of mind of knowing they’ll have the deposit ready when the time comes to move. 

“We can’t move to a rural area, because we need to be able to get to a hospital within 30 minutes in case of an emergency, due to my daughter’s condition. We always have to be attentive to her… We have to take her to appointments two or three times a week, to specialists, therapies, etc… We also depend on help from a nurse. To take my daughter to an appointment, I have to take oxygen tanks, gloves, the medical kit, the battery for her ventilator, etc… We are ready because we know when we find the place, we will have the money and we can say ‘Let’s go.’” 

The Immigrant Solidarity Fund was originally established in 2019 in response to the increased ICE activity that affected hundreds of undocumented households. Today, the Immigrant Solidarity Fund, in partnership with local grassroots organizations and faith communities, is raising funds to offer financial support to eligible households across five regions of North Carolina. During the COVID-19 pandemic, the undocumented community was particularly affected, and many families are still being affected by the cost-of-living crisis, lack of accessible and stable jobs, and scarcity of affordable housing, among other things. Our community is also receiving many new neighbors from the southern border, who need support while they go through the process of applying for asylum. We recognize that there still exists the need for the undocumented community in North Carolina to access resources in a confidential, fast, and culturally appropriate way. To date, we have distributed more than $1 million in direct assistance to families throughout the state, thanks to the support of the community.  

If you want to support families like the one highlighted in this blog post, please visit our “About the Fund” webpage or contact Madison Burke, Migrant Services Coordinator, at mburke@cwsglobal.org for additional information on how to support your local Immigrant Solidarity Fund so that undocumented and mixed-status immigrant families across North Carolina are not alone when crisis strikes. 

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En una conversacion con Madison Burke, la Coordinadora de Servicios a la Comunidad Immigrante, Paula* comparte su agradecimiento con los sostenadores del Fondo Solidario para Inmigrantes de NC (conocido como ISF, por sus siglas en ingles), por el apoyo que le han brindado a ella y a su familia durante un momento de crisis. Paula llegó a la comunidad en el 2005, cuando su familia la trajo como adolescente desde su hogar en Michoacán, México. Sus papas siguen viviendo en la comunidad también, y ella ha pasado toda su vida adulta aquí en el Triangulo. Se casó y formó su propia familia, pero no ha podido ajustar su estatus migratorio. Ella tiene una hija chiquita que nació prematura con una condición medica que requiere muchos cuidados intensivos. Paula dice: 

“Anteriormente de mi hija, mi esposo y yo trabajábamos, después de que ella nació, yo no podía trabajar. Ella requiere demasiados cuidados…. Mi esposo es el único que trabaja, la vida ahora es tan cara, el dinero no alcanza, los sueldos siguen igual, pero todo sube.   Cuando me enteré de la ayuda de ustedes, la pastora me dijo porque conoce la situación de nosotros. Aplicamos porque donde estamos, el lugar esta de venta, nos despertó la idea de que, en cualquier momento, nos van a sacar.” 

Mientras Paula y su familia esperan más información acerca de cuándo la casa que ellos rentan se podrá de venta, están buscando un lugar más barato al cual mudarse cuando llegue el momento. Pagar un depósito y la renta es va a ser caro, pero el apoyo que recibieron del fondo solidario les da la tranquilidad de saber que van a tener el depósito listo cuando les toque mudarse. 

“No podemos mudarnos a un lugar rural, tenemos que poder llegar a un hospital dentro de media hora, por la condición de mi hija.  Siempre tenemos que tener los ojos puestos en ella…  Tenemos que llevarla a citas una o dos veces por semana a especialistas, terapias, etc… también dependemos de la ayuda de una enfermera. Para sacar a mi hija a una cita, tengo que llevar tanques de oxígeno, guantes, un kit médico, la batería para su máquina, etc… Estamos más tranquilos porque sabemos que cuando encontremos el lugar, tenemos el dinero listo y podemos decir ‘Vámonos’”. 

El Fondo Solidario para Inmigrantes se estableció en 2019 en respuesta al aumento de la actividad de ICE (conocido como la migra) que afectó a cientos de hogares indocumentados. Hoy, el Fondo, en asociación con organizaciones locales y comunidades de fe, están recaudando fondos para ofrecer apoyo financiero a hogares elegibles atreves de cinco regiones en Carolina del Norte.  

Durante la pandemia del COVID-19, la comunidad indocumentada fue particularmente afectada y muchas familias siguen siendo afectas por el alto costo de vivir, falta de trabajos accesibles y estables, y la escasez de viviendas económicas, entre otras cosas. También, nuestra comunidad está recibiendo a muchos nuevos vecinos que llegan desde la frontera sureña y necesitan apoyo mientras pasan por el sistema legal de pedir asilo. Reconocemos que aun existe la necesidad de que la comunidad indocumentada en Carolina del Norte acceda a recursos de manera confidencial, rápido, y culturalmente apropiado. Hasta la fecha, hemos distribuido más de $1 millón en asistencia directa a familias por todo el estado, gracias al apoyo de la comunidad. 

Si desea apoyar a familias como la destacada en esta publicación, visite nuestra página web “Acerca del Fondo” o comuníquese con Madison Burke, Coordinador de Servicios para Migrantes al correo electrónico mburke@cwsglobal.org para obtener información adicional sobre cómo apoyar a su Fondo local para que las familias inmigrantes indocumentadas y de diferente estatus migratorio en Carolina del Norte no estén solas cuando llegue una crisis. 

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